Las organizaciones que buscan comercializar nuevas tecnologías son parte de un "ecosistema" de desarrollo de negocios y entre más fuertemente puedan aprovechar las redes dentro del ecosistema, más rápidamente crecerá el mercado para sus productos. Sin embargo, estos ecosistemas complejos pueden dar lugar a obstáculos que se interponen en el camino de una innovación exitosa.
Las normas puede ser la clave para eliminar estos obstáculos, ya que pueden ayudar a que un nuevo ecosistema tecnológico se congregue alrededor de los asuntos para promover una exitosa comercialización de nuevos productos. Pueden establecer las ‘reglas del juego’ para mercados que buscan desarrollar y adoptar las tecnologías emergentes: por ejemplo, pueden ayudar a definir la interoperabilidad de manera que un producto o servicio pueda funcionar con otro hecho por una organización distinta, o pueden establecer reglas que reafirmen a los consumidores sobre la seguridad y confiabilidad, particularmente para tecnologías que se perciben como riesgosas.
La normas también pueden racionalizar el desarrollo de nuevas tecnologías y productos relacionados, a través de procesos y sistemas que se sabe que funcionan.
Al hacer esto, las normas pueden reducir el tiempo que toma la comercialización de nuevas tecnologías y acelerar la velocidad a la cual las innovaciones se transforman en más que simples ideas.