¿Puede el cuidado obtenido durante el COVID-19 establecer una cultura de confianza a largo plazo en el lugar de trabajo?
Kate Field, directora global de salud, seguridad y bienestar de BSI, reflexiona sobre si la cultura del cuidado impulsada por la pandemia mundial puede traducirse en una confianza a largo plazo entre el trabajador y el empresario.
¿Por qué ha hecho falta una pandemia mundial para crear una cultura del cuidado en el lugar de trabajo, cuando es evidente que hace falta desde hace décadas?
Para que surja la cultura del cuidado, ha tenido que producirse un cambio cultural mucho más importante. Si se adopta en su totalidad, esta evolución tiene beneficios de gran alcance, importantes y emocionantes para las organizaciones y las personas que trabajan en ellas. Sin embargo, el reto de reconocer este cambio es admitir que antes faltaba el factor más esencial: la confianza.
La confianza es el resultado de la cultura de una organización. Se establece y se sustenta en el liderazgo y en sus valores individuales y de grupo, actitudes, prácticas de gestión, percepciones, competencias y patrones de comportamiento, que establecen y sustentan el nivel de confianza. La confianza siempre existe, pero puede estar mal depositada, abusar de ella o, por supuesto, reforzarse. La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto una verdad incómoda: las organizaciones no confían en su personal.
Esta falta de confianza y la cultura que la sustenta pueden verse en muchos aspectos diferentes de una organización y su enfoque hacia su personal; la gestión del rendimiento se centra en los KPI de producción, no en los de aportación; se exigen hojas de asistencia semanales; no se permite el trabajo flexible o en remoto.
La falta de confianza no siempre es explícita, sino que puede enmascararse con un lenguaje empresarial plausible: paquetes de recompensas y bonificaciones, gestión del tiempo y los recursos, infraestructura de las TIC.
La erosión de la confianza es como el mar que golpea implacablemente la pared de un acantilado: una erosión constante y casi imperceptible que socava la fuerza y la resiliencia organizacional. Los signos de esta erosión de la confianza se observan claramente en los retos empresariales de los que informan las organizaciones:
- Crecimiento restringido
- Problemas de calidad y producción
- Productividad deficiente
- Escasez de talento y habilidades
- La falta de innovación y agilidad crea un malestar sobre la competitividad y la resiliencia
- Estancamiento (o retroceso) en la reducción de incidentes de salud y seguridad
- Las métricas de compromiso de los trabajadores no mejoran (o incluso empeoran)
- Aumento de los niveles de quejas, tanto a nivel interno como por parte de los clientes
- Aumento de los informes de estrés, agotamiento y enfermedad mental
- Aumento de los índices de ausencia y retención de personal
Aunque la pandemia de COVID-19 ha revelado esta incómoda verdad, también ha avivado una tenue llama de esperanza: se ha puesto a prueba la confianza y se han cuestionado los temores históricos basados en suposiciones infundadas.
La mayor prueba de confianza se ha producido debido al cambio forzoso al teletrabajo. Las organizaciones simplemente no confiaban en que sus trabajadores trabajaran desde casa, por temor a que abusaran de la libertad y no cumplieran con el trabajo.
Sin embargo, durante el COVID-19, gran parte de la población activa pasó de trabajar en una oficina un día a hacerlo en su cocina al día siguiente y la productividad aumentó, no disminuyó. Los argumentos de peso contra el teletrabajo desaparecieron de la noche a la mañana y las organizaciones se dieron cuenta de que se podía confiar en los trabajadores.
El modelo Priorizar a las personas© de BSI se centra en la creación de confianza para desarrollar todo el potencial de las personas, con el fin de proporcionar el marco adecuado para la realización y el bienestar. Creemos que proporciona una hoja de ruta para el recorrido de una organización hacia la madurez cultural y la oportunidad de desarrollar todo su potencial a través del bienestar de su gente.
Para más información, descárguese el informe sobre la priorización de las personas.