Repensar la cadena de suministro
Iniciativas como el Compromiso Courtauld 2025, puesto en marcha por el WRAP en 2015, están ayudando a reducir significativamente la pérdida de alimentos en las cadenas de suministro, un área que contribuye a alrededor del 30% del total de residuos alimentarios del Reino Unido (2,9 millones de toneladas). Courtauld 2025 reúne a diferentes grupos de trabajo de la industria alimentaria para resolver retos específicos, y entre sus firmantes y partidarios se encuentran líderes del sector como Associated British Foods, Nestlé, Ocado y Unilever.
Courtauld 2025 ofrece un foro de colaboración para que el sector debata y aborde el desperdicio de alimentos neutralizando la atmósfera competitiva que puede subyacer en las relaciones uno a uno entre marcas y minoristas. Este enfoque ya ha dado resultados tangibles; entre 2015-18, la acción de los firmantes de Courtauld 2025 ayudó a reducir el desperdicio de alimentos en la cadena de suministro del Reino Unido en un 4% per cápita [1].
Otro ejemplo de éxito en la reducción de residuos en la cadena de suministro es el de ASDA. Tras una investigación, el WRAP descubrió que la patata fresca es una de las hortalizas que más se desperdicia en el Reino Unido, con un valor estimado de 48 millones de libras al año [2]. El WRAP trabajó con 14 productores de la cadena de suministro de ASDA para reducir esta cifra. El uso de imágenes visuales en tiempo real y los datos de los cultivos comerciales proporcionaron una previsión para la cosecha, lo que se tradujo en un mayor rendimiento de los cultivos y un menor desperdicio al permitir a los productores mejorar su planificación de la oferta y la demanda [3]. Este es solo un ejemplo del gran papel que desempeña la tecnología en la reducción de las pérdidas en la cadena de suministro.
Utilizar la tecnología inteligente
Para las empresas que buscan nuevas formas de reducir el desperdicio de alimentos, el uso de tecnología inteligente podría ser la respuesta. Desde la agricultura inteligente que utiliza el GPS para cultivar de la forma más eficiente y reducir la necesidad de pesticidas, hasta los sistemas de seguimiento digital y los envases ecológicos, la tecnología puede contribuir enormemente a reducir los residuos y el impacto medioambiental.
Un ejemplo es cómo la multinacional Winnow ayudó a IKEA a reducir el desperdicio de alimentos en un 50% en el Reino Unido a través del control digital. Un sistema de IA captura y registra los alimentos a medida que se tiran y genera un informe diario sobre el desperdicio. Esta automatización no solo reduce los informes manuales de los empleados, sino que está ayudando a cambiar la conversación y la cultura sobre el desperdicio de alimentos en las cocinas comerciales de IKEA [4].
Las tecnologías emergentes basadas en los insectos también tienen un enorme potencial para acabar con el desperdicio de alimentos mediante la reutilización de recursos. El Fondo de Estrategia Industrial del Reino Unido ha asignado 10 millones de libras a la start-up Entocycle para construir la primera granja de insectos a escala industrial del Reino Unido. En ella se cultivará la mosca soldado negra, un maestro de la bioconversión que puede convertir grandes cantidades de residuos orgánicos en proteínas de alta calidad con una huella de carbono mínima. Aunque la aceptación por parte de los consumidores de la proteína procedente de los insectos puede ser lenta, ya ha sido aceptada como un alimento para animales más respetuoso con el medio ambiente [5].
Redistribuir los alimentos donde más se necesitan
Con el aumento del hambre en el mundo, es muy importante aprovechar al máximo los excedentes de alimentos. FareShare, la mayor organización benéfica del Reino Unido dedicada a la alimentación, redistribuye alimentos recogiendo los excedentes comestibles directamente de las empresas alimentarias y entregándolos a 11.000 organizaciones benéficas y grupos comunitarios de primera línea. Al trabajar estrechamente con empresas de toda la cadena alimentaria, desde agricultores y fabricantes hasta minoristas como Tesco, Asda y Waitrose, FareShare redistribuyó suficientes alimentos para proporcionar más de 56 millones de comidas solo en el último ejercicio.
Deliveroo, la empresa de reparto de comida de más rápido crecimiento en el Reino Unido, se ha unido a este esfuerzo. Gracias a su red de socios, entre los que se encuentran Co-op y Pret A Manger, Deliveroo ha podido recoger alimentos no vendidos y donados en todo Londres y entregarlos al Proyecto Félix, una organización benéfica de alimentos con sede en Londres que ayuda a combatir el hambre y el desperdicio de alimentos. Deliveroo ha creado ahora una unidad de reparto dentro de la empresa con el objetivo de entregar alimentos a grupos vulnerables, así como a trabajadores de primera línea, como los del Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) del Reino Unido [6].
BSI como facilitador del cambio en la industria alimentaria
En BSI, nos comprometemos con las industrias, las empresas y los gobiernos para crear soluciones basadas en el consenso que definen lo que es "bueno". A través de nuestro trabajo con organizaciones que impulsan el cambio en la industria alimentaria, hemos creado normas que abordan el cambiante panorama de la industria y apoyan formas de impactar positivamente en nuestro planeta y en las personas. Por ejemplo, nuestra guía para la innovación responsable (PAS 440) ha sido aplicada por la startup de biotecnología MiAlgae. MiAlgae produce algas ricas en omega-3 a partir de coproductos de la industria del whisky, con lo que aborda el desperdicio de alimentos y proporciona una fuente de omega-3 que no depende del agotamiento de las poblaciones de peces [7].
Nuestra colaboración con la industria alimentaria también ha dado lugar a normas como la guía para proteger y defender los alimentos y bebidas de ataques deliberados (PAS 96) y un nuevo documento sobre los criterios para definir los alimentos 100% de origen vegetal (PAS 224).